La famosa expresión Pan y Circo resume de manera clara un cierto modo de hacer política en la antigua Roma, que también es aplicable en nuestros días. Con la misma validez, al menos, si no más.
A finales del siglo XVIII se hizo popular en España un panfleto que se atribuyó a Jovellanos en aquel momento pero que en realidad salió de la mano de León de Arroyal. Liberal y crítico, este hombre abogaba por la educación y el progreso científico como locomotora del país, en contra de las viejas costumbres. Aquel panfleto se titulaba así: Pan y toros. Es claro el guiño a la expresión romana y tienen ambas frases el mismo poso final, lo que en la cabecera del panfleto era una crítica directa al sistema.
También hay una zarzuela con este nombre de Pan y toros, pero me quedo sin duda con la versión “españolizada” del clásico latino. En cualquier caso, lo triste es que también podemos aplicar esta frase en nuestros días y bien podemos decir: “Pan y tele”. Aunque cada vez hay menos pan y nuestros políticos no se preocupen demasiado por ello.
A finales del siglo XVIII se hizo popular en España un panfleto que se atribuyó a Jovellanos en aquel momento pero que en realidad salió de la mano de León de Arroyal. Liberal y crítico, este hombre abogaba por la educación y el progreso científico como locomotora del país, en contra de las viejas costumbres. Aquel panfleto se titulaba así: Pan y toros. Es claro el guiño a la expresión romana y tienen ambas frases el mismo poso final, lo que en la cabecera del panfleto era una crítica directa al sistema.
También hay una zarzuela con este nombre de Pan y toros, pero me quedo sin duda con la versión “españolizada” del clásico latino. En cualquier caso, lo triste es que también podemos aplicar esta frase en nuestros días y bien podemos decir: “Pan y tele”. Aunque cada vez hay menos pan y nuestros políticos no se preocupen demasiado por ello.