Se denomina como cabeza de turco a una persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo que no lo son, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador. De manera más específica, se emplea este apelativo para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados.
Desde una perspectiva histórica, en el período de las Cruzadas, los cristianos mantuvieron cruentas batallas con los turcos. La animadversión que se profesaban ambos bandos era tan grande, que cercenarle la cabeza a un turco era un logro encomiable. Cuando lo lograban, los cruzados colgaban la cabeza en un mástil de barco o la ensartaban en una lanza y los soldados le acusaban de todos los males habidos y por haber. Por esta motivo, se dice que alguien es cabeza de turco, cuando es objeto de todo el daño y las acusaciones de las que son culpables otros.